Un tema que siempre me ha inquietado es el de la lengua dentro del mundo
publicitario. En publicidad no solo las imágenes y los colores son importantes,
también son importante los sonidos y percepciones. Aquí es donde nuestros
expertos publicitarios juegan con nuestra lengua. Los sonidos no son percibidos
del mismo modo por todos los consumidores. Por ello, según los lingüistas,
podemos diferenciar dos tipos de rimas: la masculina y la femenina.
Las palabras que tienen rima
masculina son las que se acentúan en la última sílaba, en otras palabras, son
las llamadas palabras agudas. Por
ejemplo, las marcas MISTOL o DIXAN, tienen rima masculina. Por tanto, también
tienen esta rima, las palabras monosílabas, como por ejemplo, las marcas DASH o
BOLD. ¿Qué consiguen nuestros publicistas con esta rima? Esta se emplea para
transmitir imagen de fuerza, efectividad, agresividad y rendimiento.
Las palabras que tienen rima
femenina son las que se acentúan en la penúltima sílaba, es decir, las palabras
llanas. ¿Qué efecto se consigue con estas palabras? Estas se emplean para
expresar suavidad, cuidado y protección, por eso, la mayoría de las marcas de
productos de higiene personal, como por ejemplo champús, productos de higiene
íntima, etc., tienen esta rima femenina. Algunos ejemplos de rima femenina son:
TAMPAX, TIMOTEI y SANEX.
Todos los nombres de productos están
enfocados para la venta. Antes de decidir un nombre para una marca concreta, se
busca cómo puede inducir su denominación a la compra y, evidentemente, si el
producto es una compresa, deberá tener rima femenina porque lo que se pretende
es que cuando una mujer oiga el nombre de la marca del producto, sienta que lo
que va a comprar es suave, delicado y que le va proporcionar protección.
Todo esto es gracias a nuestras
palabras agudas y llanas. ¿Podría ser más impresionante?
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